Compartimos este excelente artículo de nuestros amigos de Kiboko Voyages, especialistas en safaris:   Visita a mi primo lejano Rwanda Llegamos a Ruanda por simple curiosidad... lo que nunca imaginamos es que esta travesía de 3 días cambiaría nuestras vidas. Esta no es una historia feliz sobre un safari o un paseo en la selva, es la realidad sobre una de las especies más bellas que está en peligro de extinción: Los Gorilas. Ruanda (o Rwanda, como se escribe en inglés) está ubicada en el Este de África, su geografía de tierras altas y pequeñas montañas le dio el afamado nombre de “La Tierra de las Mil Colinas”. Este país junto con Uganda y el Congo son el hogar de los Gorilas de Montaña. Lastimosamente, los últimos 50 años no han sido los mejores de la región y los conflictos sociales terminaron afectando a los ecosistemas. Los gorilas empezaron a morir de enfermedades, por la caza ilegal, el desplazamiento, minería y deforestación.

Nuestra visita comienza en Kigali donde un 4x4 nos lleva hacia el Parque Nacional de los Volcanes para pasar la noche. A la mañana siguiente, vamos a la entrada del Parque donde hacen una explicación rutinaria de seguridad y comportamiento. Una vez listos, empezamos a caminar por las colinas del bosque húmedo y lluvioso en busca de una familia de Gorilas. La caminata puede durar hasta 7 horas (para los que llevan la peor de las suertes) nosotros tras 1 hora 20 minutos de caminata encontramos a los nuestros. De los primates son los más grandes y tienen emociones similares a las del humano como la risa y la tristeza.  Viven en familias hasta de 40 individuos y los afecta muchísimo cuando falta algún miembro, cuando fallece un líder es común que el grupo se divida. Pueden pesar hasta 220kg y medir 2,90m, las madres gestan cada 8,5 meses cada 4-6 años. Comen semillas, frutas, brotes de bambú y termitas, bastante curioso que con sus capacidades y atributos para ser buenos cazadores sean unos tranquilos herbívoros protectores del bosque. Los machos de espalda plateada (silverback) son los líderes, hacen de mediadores y toman todas las decisiones del grupo. Su comportamiento es increíble, sentí tantos nervios que me refugié detrás de mi cámara. Fui perdiendo timidez poco a poco y fue cuando aparecieron los chiquitines juguetones. Como ver a un niño curioso, estos nos miraban tímidamente detrás de su madre. Estuvimos con ellos y regresamos a la entrada del parque. “Son tan hermosos que no es justo que desaparezcan, todos deben venir a verlos y así seremos consientes”. Pensé que mis reflexiones habían sido novedosas, pero el guía rió y me dijo que es lo que todos dicen. Bueno, gracias a ello las iniciativas de WWF, la UNESCO y los Parques Nacionales de Ruanda han logrado mejorar las condiciones para nuestros amigos peludos. Quizás la mejor forma en la que podemos ayudarles es conociendo más sobre ellos, apoyar las iniciativas locales y visitarlos! La entrada al Parque Nacional junto con el Permiso para ver a los Gorilas son los aportes más significativos, pues entre los dos suman US $ 780 por persona y por visita (en Uganda hay permisos desde US $ 500). Es una cifra alta pero se entiende que solo quedan 900 especímenes del Gorila de Montaña.  Y ¿crees que no es tu primo? Pues compartimos 98.3% del DNA. Son nuestros primos más cercanos después de los chimpancés y bonobos... o que mi primo Andrés Camilo que no me ha vuelto a llamar.